La cantera del Atlético de Madrid Féminas no para dar de alegrías, y en menos de una semana ya tenemos al tercer equipo campeón de Liga de su grupo. Las chicas del Sub-13 “C”, dirigidas por María Vargas, se han proclamado campeonas de Liga del grupo II de la Comunidad de Madrid a falta de tres jornadas para la conclusión. Las rojiblancas se impusieron al segundo clasificado en el partido adelantado del fin de semana con un rotundo resultado (1-7).

Las pupilas de María Vargas dependían de ellas mismas para ser campeonas, iba a ser muy complicado que se le escapase el título de Liga tras dieciocho jornadas sumando todos los fin de semana tres puntos. El trabajo de los entrenamientos se ha visto recompensado con un nuevo trofeo para las vitrinas del club colchonero. Cabe recordar que esta generación Sub-13 es la más pequeña de la categoría, rozando el límite de edad, ya que gran parte de las jugadoras estaban el año pasado en la categoría Alevín, y sí, son las mismas que se proclamaron no menos de hace un año campeonas de Liga de la categoría Alevín.

El talento que tienen estas jugadoras no tiene límite, el grueso del equipo fue protagonista de los periódicos la temporada pasada cuando fueron campeonas de una Liga formada por equipos masculinos. Esta generación de futbolistas vienen pegando fuerte y darán mucho de que hablar con el paso de los años.

El Sub-13 “C” estaba a un paso de ser campeón, tan sólo le quedaba ese último empujón ante el Madrid CF Femenino “C”, el máximo rival para las colchoneras y el más inmediato perseguidor. Las rojiblancas hicieron los deberes el sábado pasado ante el Juventud Sanse y se iban a cruzar las caras en la jornada adelantada al lunes.

Desde los primeros minutos se pudo ver la ambición de las jugadoras de María Vargas, y dos goles en los primeros minutos ponían más cerca el título de Liga, ya que incluso el empate también les valía. El resto del encuentro fue una fiesta colchoneras, los goles iban llegando con el paso de los minutos. Ahora toca pensar en el próximo rival para terminar una temporada inmaculada, con pleno de victorias en el primer año del equipo en la competición.